jueves, 26 de marzo de 2015

Análisis de God of War Collection


Hola a todos una semana más. Este mes God of War está de plena actualidad, una de las franquicias más importantes para SONY. Por eso he querido hacer una vista atrás y ver cómo fueron sus orígenes: GoW y GoW II. El enfoque que voy a dar es totalmente ingenuo, dirigido a quien no lo haya jugado.

La historia de God of War nos pone en la piel de Kratos, un espartano que en otro tiempo dirigía ejércitos. Pero en un momento de su vida tuvo que pedir ayuda a Ares, el Dios de la Guerra. Eso le creó una deuda de por vida y le llevó a hacer cosas que ahora le atormentan. En este momento su dios está destruyendo Atenas y es Atenea la que le pide ayuda a Kratos. Esa será su misión, destruir a Ares y salvar Atenas. 

Este es el planteamiento del primer juego. Del segundo no puedo contar mucho si no quiero entrar en spoilers. Solo decir que Kratos sufrirá una traición y comenzará su venganza. A nivel de trama, es evidente que el primer juego es autoconclusivo, mientras que GoW II y GoW III forman parte de un mismo proyecto, pensado para expandir el universo y hacerlo más épico si cabe.  





El éxito de esta saga ha dependido en gran medida del carisma de su protagonista. Un ser despiadado con una imagen muy potente, recubierto de ceniza con un gran tatuaje rojo. Además, sus espadas, las Espadas del Caos, están unidas a fuego a sus brazos con cadenas. Cadenas que le recuerdan que no es un hombre libre. Estas espadas son uno de los ejes del juego. Primero porque, a nivel de diseño, su luz rojiza contrasta mucho con los escenarios más bien oscuros. Y también gracias a las posibilidades que le ofrecen a la jugabilidad.

El aspecto gráfico de estos juegos es impresionante. A nivel técnico, en PS2 marcaron un antes y un después. Pero a nivel de diseño artístico, su interpretación de la cultura griega sigue siendo uno de los grandes exponentes de la industria. De ahí que sea una franquicia tan importante para SONY.

God of War es un juego muy lineal, pero eso no tiene por qué ser un aspecto negativo. Esto le permite crear escenarios enormes, llenos de detalles, y dar más importancia a la trama, que es la que guía la aventura en ambos juegos. Además, el hecho de que existan coleccionables y no puedas volver para buscarlos, hace que sea una propuesta muy rejugable. 

En cuanto al combate, estamos ante un hack and slash muy frenético, con variedad de armas y habilidades -otorgadas primero por dioses y luego por titanes-. Muy muy divertido. De hecho, es un referente en este género. Además, y es otra de sus señas de identidad, el carácter sangriento del protagonista se ve reflejado en él. Probablemente basado en los fatalities de Mortal Combat, Kratos tiene una curiosa forma de terminar con sus enemigos. Cuando un oponente está debilitado, aparecerá un icono sobre él. Pulsando el círculo se activará un QTE que nos obligará a pulsar una serie de botones para acabar con nuestra víctima de la forma más sangrienta posible. 


GoW fue uno de los propulsores del sistema QTE y uno de los únicos que ha sabido utilizarlos inteligentemente y en su justa medida. Ahora vemos cómo otros juegos abusan de esta herramienta, pero para SONY Santa Mónica es una herramienta más, para que el final de los combates sea más espectacular, sin restar de otros aspectos de la jugabilidad. 

No os engañéis, dentro de que GoW es una propuesta de juego frenético y lineal, no es algo simple, sino que presenta muchos aspectos que lo hacen bastante profundo. Existen tres tipos de orbes: los verdes rellenan la barra de vida, los azules la barra de magia/habilidad y los rojos sirven para mejorar armas y habilidades. Ya he nombrado los coleccionables, los cuales sirven para ampliar las barras de vida y magia y para ofrecer algún extra en una segunda partida. Y, por último, los puzzles que, dentro de que no son de lo más complicado que he jugado, sí que presentan más reto que en las siguientes entregas de Kratos. 


RESUMEN:
God of War fue y sigue siendo una de las grandes franquicias de SONY. Esto es, principalmente, por su jugabilidad frenética, profunda y muy sangrienta. La sangre es algo que caracteriza a Kratos, quien presenta un carisma arrollador, que unido con una historia intrincada que juega con una muy interesante reinterpretación de la cultura griega como principal baza, lo hace un tándem explosivo. Para terminar, no nos podemos olvidar de su aspecto gráfico que, gracias a esos escenarios inmensos, marcó y sigue marcando un antes y un después en la industria. 

Vuelvo a dirigirme a quien no haya jugado a esta franquicia para decir una sola cosa: ¿dónde has vivido todos estos años? Es un imprescindible y una de las razones por las que me compro consolas de SONY. 





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