jueves, 28 de mayo de 2015

Análisis de Assassin's Creed: Ezio Trilogy


Hola, una semana más. Hace unos días, conocimos la nueva entrega de Assassin's Creed, que llevará el subtítulo de Syndicate. Al estar de tanta actualidad, me pregunté por qué la trilogía de Ezio se considera la era dorada de la franquicia y a su protagonista, el más carismático. Así que eso voy a hacer, analizar desde esa perspectiva The Ezio Trilogy, no juego por juego, sino los tres en su conjunto.

Antes de nada, si queréis leer un análisis más a fondo de Assassin's Creed II, podéis echarle un ojo a la entrada que le dediqué

Ezio Auditore es un personaje que lleva todo seguidor de la saga en la memoria y no es para menos. Galán, pícaro, pero también letal. Sí, sin duda supuso una gran mejoría después de Altair. Este se sigue planteando los mismos dilemas morales de su antepasado, pero, además, guarda tiempo para tirarle la caña a alguna damisela. Ahora bien, ¿Edward Kenway no tenía un perfil similar?


Hay muchas diferencias entre estos dos personajes. Una de ellas es que Ezio es de alta cuna y marca la diferencia entre tanto estirado. Sin embargo, el pirata está rodeado de gente como él, de ahí que no llame tanto la atención. Eso, además, hace que Auditore destaque por la clase con la que hace las cosas, cosa que de la que no puede presumir tanto Edward. Aunque, sin duda, la gran diferencia y por la que el renacentista ha destacado tanto es simplemente porque ha tenido tres juegos de la serie para él solo. Puede parecer una tontería, pero no lo es. Esto hace que le hayamos cogido más cariño al personaje, ya que hemos dedicado más horas a controlarle. También, y esta es la clave, en tres entregas hemos visto una evolución mayor en su personalidad. Le hemos visto ascender y tomar importancia en la orden y a la vez comprobar como seguía manteniendo a pesar de los años esa picardía que lo caracterizaba, eh ahí la clave. 

Pasando más al terreno jugable, es palpable que en la trilogía hay una entrega principal y dos secundarias. ACII supuso, como expliqué en el análisis, una revolución y el asentamiento total de la marca Assassin's Creed. Brotherhood y Revelations expanden ese universo, a nivel de historia (aunque no demasiada) y añaden extras a la jugabilidad. Esto se ve claramente en la duración de los juegos y en la cantidad de tareas secundarias que encontramos en las dos secuelas, con el fin de suplir las horas de misiones principales. 


En cuanto a los extras de los que hablo, en el primero teníamos que encontrar los altares de Rómulo y en el segundo se añaden las fases a lo Tower Defence y los niveles en primera persona, que me han recordado bastante a Portal -en el estilo, se entiende, obviamente no hay portales-. En ambos encontramos actividades como ir conquistando la ciudad, Roma en el primero y Estambul en el segundo, algo que recuerda a los modos multijugador de dominar la zona enemiga de otros juegos. Por cierto, que en estos juegos es donde aparece la opción del multijugador (que ahora se ha eliminado), aunque no me detendré mucho en esto, ya sabéis que no me va a mí mucho el online. Otro de los añadidos es el hecho de poder asignar misiones a nuestros asesinos, algo muy bien llevado, ya que al ir ascendiendo de posición, es normal tener este tipo de responsabilidades (habría estado bien asignar ese tipo de tareas también dentro de la ciudad y ver los efectos).

En cuanto a las armas, no se añaden muchas en Brotherhood, ya que en este sentido, y otros muchos, es más continuista que la tercera parte, la cuál sí que añade todo el universo en torno a las bombas y sus utilidades tácticas a la hora de resolver las misiones. 


Gráficamente mantienen bastante bien el nivel de la saga. No son punteros, pero suficiente para ser un mundo semi-abierto. En este aspecto ocurre algo similar a las armas. La Hermandad es más continuista utilizando una paleta de colores muy similar al primero. Revelations sí que intenta variar un poco y darle un aire más oscuro, acorde a la zona, a la edad del protagonista y a los acontecimientos que narra. 

Desde mi punto de vista la ampliación de la segunda entrega numerada con dos juegos fue un movimiento inteligente en ese momento, ya que estaba en la cresta de la ola a nivel de imagen, pero creo que le pasó factura. Ahora sería impensable hacer una trilogía de una de las entregas, AC moriría. Es verdad que intentaron suplir esta sensación de fatiga con las variaciones que he enumerado en Revelations, además de hacer menos pesado el desplazamiento dentro de la ciudad con el gancho y las tirolinas, para que fuera algo más dinámico. De todas, formas esa sensación es palpable. 


Para acabar quiero volver un momento a la historia. Es verdad que tanto AC:B, como AC:R tienen menos horas de guión, por así decirlo. Sin embargo, sobre todo el segundo, es una forma muy elegante de cerrar la subsaga Edad Media-Renacimiento en el Mediterráneo. En Revelations no solo acompañaremos a Ezio, porque este a su vez estará siguiendo los pasos de Altair. Por eso creo que es una buena forma de cerrar el círculo; explotas el misterio y la trascendencia de la entrega original, pero controlas a alguien con el carisma de Ezio. Bien pensado.

En este caso no voy a hacer resumen. ¿Recomendaría la trilogía de Ezio? Si eres seguidor de la saga, creo que es obvio. Si no, personalmente pienso que Assassin's Creed tiene mecánicas muy interesantes y recreaciones dignas de admirar. Entiendo que eche un poco para atrás empezar cuando sabes que hay tantas entregas y no tiene pinta de que Ubisoft vaya a bajar el ritmo. A mí me gusta la saga y no me arrepiento de haberla empezado a jugar. Si no has jugado a Assassin's Creed, no has jugado a una de las franquicias más importantes de la generación pasada. 






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