Análisis de Heavenly Sword

Hola a todos un año más. Espero que hayáis descansado, zampado y bebido lo suficiente estas navidades para coger con fuerza el nuevo año. Yo aquí vuelvo con un nuevo análisis. Esta vez de uno de los primeros exclusivos de PS3, Heavenly Sword. Se ha pedido mucho la secuela de este juego, aunque no consiguió unas grandes ventas. Veamos si de verdad era tan bueno como dijeron. 

HISTORIA

La trama de Heavenly Sword gira en torno a una espada divina. La leyenda cuenta que este arma da un poder sobrehumano a su elegido, pero a su vez va consumiéndole hasta la muerte. Nariko es esa elegida. Ella será la que tendrá que hacer frente a una gran amenaza que acechará a su pueblo. Con esta premisa comienza el juego.

La pega que le encuentro a todo esto es que la historia se centra demasiado en esa amenaza. No se ve nada anterior o posterior salvo algún flashback. Para mí, es un comienzo demasiado brusco. 

Por contra, la profundidad de los personajes es algo a resaltar -salvo los secuaces del antagonista, esos no-. La protagonista no es una heroína al uso;  ella ha tenido que lidiar toda su vida con la carga de la espada y la decepción de su pueblo al ver que la portadora no era más que una niña. Eso, junto a las relaciones personales entre los personajes, hacen una trama bastante interesante.

Además, es también destacable que el desarrollo del juego se estructura en capítulos. Estos se seleccionan desde un escenario "externo" donde nosotros somos la espada y Nariko nos increpa lo injusta que es la situación para ella. Me ha parecido bastante original, la verdad. 

APARTADO ARTÍSTICO

La música que escuchamos está bastante trabajada. Son melodías muy cinematográficas con aires orientales, que pegan muy bien con la estética del juego.

Estética que también es muy característica. Los colores rojizos predominan en un diseño muy creativo e innovador. Destacan sobre todo las estructuras orientales y los rasgos de otras culturas en un universo único. También destaca el contraste de los colores con el pelo rojo de la protagonista. Junto al uso de la luz, consigue que el juego sea visualmente bastante llamativo. 

Es una pena que el resultado final no tenga un nivel tan alto por culpa del apartado ténico. Podemos perdonar algunos errores, ya que estamos ante los inicios de la consola, pero eso no hace que no nos chirríe un poco si lo jugamos ahora. 

JUGABILIDAD

Este sin duda es el peor aspecto del juego. Tenían una base creativa genial para poderle sacar todo el jugo, pero se han quedado a medio gas. El desarrollo de los capítulos se resume en pequeños tramos donde tenemos que matar los enemigos que aparezcan. Nada más. ¿Dónde está la exploración de esas magníficas estructuras? ¿Dónde están los puzzles complicados? ¿Dónde están las reliquias que coleccionar? No, no hay nada de eso. 

El sistema de combate se basa en la sucesión de combos; bastante divertido, pero algo repetitivo, debido a que no tienes mucho más que hacer en el juego. Los movimientos se dividen en tres "modos" de ataque con la espada: los normales, los débiles y rápidos y los fuertes y lentos. Como es habitual, encadenar varios de ellos dará más experiencia, además de que cada uno bloqueará un tipo de ataque del adversario. Podrían haber añadido alguna habilidad mágica, ya que estamos hablando de la portadora de una espada divina.

El único ápice de variedad que podemos ver son las fases con Kai. Ella no ataca cuerpo a cuerpo, ya que es una niña. Lo único que puede hacer es lanzar dardos con su cerbatana. Al ser uno de los primeros juegos de PS3, se puede ver su interés por aprovechar las nuevas características del mando. Por eso, esos dardos los dirigimos con el uso del sisaxis. Como he dicho, es algo que da un poco de aire fresco, aunque las mecánicas podrían haber estado más pulidas. 

RESUMEN:
Heavenly Sword es un buen comienzo de generación. Una propuesta con un diseño muy llamativo y original, algo que se ve un poco perjudicado por el aspecto técnico. Viviremos una historia algo brusca en la que lo más destacable son los protagonistas, con muchos matices y relaciones algo complicadas. Es una pena que, teniendo una base tan buena, el juego quede a medio gas por culpa de la jugabilidad, la cual se resume en eliminar a los enemigos en pantalla. Los únicos momentos en los que podemos respirar algo de aire es en las fases de Kai, las cuales tampoco tienen unas mecánicas muy bien acabadas. Personalmente, lo recomendaría, si lo encuentras a un precio reducido, por los aspectos positivos que he enumerado. Sin embargo, está lejos de ser el juegazo que muchos dicen que es. La pena de todo esto es que tenía potencial para haberlo sido.