jueves, 19 de junio de 2014

Análisis de Assassin's Creed



Con aún resaca del E3, la vida continúa y con ella el blog. A mí, personalmente, me sorprendió gratamente Assassin's Creed Unity. Sí, después de lo que he rajado sobre este juego, parece que el salto de generación le ha sentado bastante bien. Por eso, hoy os he traído una vuelta a los inicios, a la primera entrega de la saga, a Altair. 


HISTORIA

Allá por el 2007 Ubisoft lanzó una nueva marca que había surgido del desarrollo de Prince of Persia, Assassin's Creed. Este juego nos contaba los experimento de Abstergo, una organización de la que aún no sabíamos nada. Estos consistían en introducir a Desmond, el protagonista, en una máquina capaz de hacerle revivir los recuerdos de sus antepasados, el Animus, con el fin de recabar información. 


En concreto, en este primer juego revivíamos las experiencias de Altair en la hermandad de los Asesinos. Esta es una agrupación que cree que se deben eliminar ciertas personas malignas con el fin de que la sociedad prospere. Creen en el libre albedrío, algo que se contrapone a la organización enemiga, los Templarios. Estos persiguen hacer sumisas a las personas para conseguir el mismo fin, la prosperidad. 

Mientras que la historia de dentro del Animus va tomando forma y se descubren cada vez más cosas, la que e desarrolla en el tiempo actual se hace un poco insulsa y algo lenta. Por lo demás, resulta una premisa bastante original. 


APARTADO ARTÍSTICO

Aquí hay que diferencias entre dentro y fuera del Animus, claramente. Visualmente lo que ocurre en las instalaciones de Abstergo deja mucho que desear. Sinceramente, es algo que empaña el resultado final. 

Sin embargo, Assassin's Creed no se centra en el presente, sino en el pasado. Ahí es donde está el punto fuerte del juego. Recrea nada menos que tres ciudades como son Jerusalén, Acre y Damasco, además de la ciudad de los Asesinos, Masyaf. Un escenario inmenso lleno de detalles, para la época en la que se hizo. Los efectos de luces sobre las torres de piedra son fantásticos. 






También es algo a destacar los movimientos de Altair en la escalada y la batalla. Muy dinámicos y bastante naturales. 

En cuanto a la música, podemos decir que no hay una variedad inmensa, pero sí están bien elegidas. Ayudan a meter al jugador en esa atmósfera medieval. 


JUGABILIDAD

De nuevo, voy a separar entre Desmond y Altair. Desmond no tiene mucho que hacer a parte de salir de vez en cuando de la máquina y darse un paseo por las dos salas por donde puedes andar, muy lentamente por cierto. 

En cuanto a Altair, que es donde se centra el juego, podemos decir que es una propuesta interesante. Pero que tampoco pasa mucho de ahí. La batalla resulta algo encorsetada, aunque resulta muy atractiva la combinación de escalada, infiltración y asesinatos. 

El problema viene cuando tras tres o cuatro misiones ya has hecho todos los tipos de misiones disponibles. El primer Assassin's Creed llega a ser muy monótono y repetitivo. Es un juego que llega a cansar, pero que a la vez presenta mecánicas con potencial, como hemos visto años después.
RESUMEN:
La primera entrega de la saga Assassin's Creed nos trajo una historia enrevesada y bastante original, enfocada claramente a convertirse en franquicia. Mientras dentro del Animus nos encontramos intrigas y un apartado visual fresco y que aprovecha muy bien los efectos de luces sobre las grandes recreaciones de las ciudades medievales; fuera de la máquina no se nos dan muchos datos y el aspecto visual deja bastante que desear. En cuanto a la jugabilidad, podemos decir que es un juego bastante monótono, pero que puso la primera piedra para dar lugar en entregas posteriores a grandes mecánicas. Un juego interesante por lo que comenzó, pero algo repetitivo si lo juegas ahora. 





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