jueves, 24 de abril de 2014

Análisis de Journey


Otra vez aquí, otra vez con un nuevo análisis. Esta vez os traigo un juego bastante original, que dejó embobada a la industria. Journey. Antes de nada, aviso: no busquéis en Journey un juego normal, de los que coges el mando y te lo pasas bien; este juego busca algo más. Os voy a explicar por qué.


HISTORIA

Journey no tiene diálogos. Ninguno. Pero sin embargo tiene una historia bastante intensa y enigmática. El juego exclusivo de SONY nos pone en la piel de un ser extraño del que no se nos da ninguna información. Un ser vestido con una túnica roja de la que le cuelga una tira que se ilumina. Este ser debe hacer un viaje, como el nombre del juego indica. No se nos da ningún dato, pero sin embargo instintivamente sabemos que debemos ir hacia la montaña luminosa. Y así es. 

Conforme va avanzando la aventura se nos explican cosas por medio de dibujos y cinemáticas, pero siempre sin diálogo. Lo que da pie a interpretaciones subjetivas de la historia. No voy a contaros nada, solo deciros que, si lo jugáis bien, consigue producir sensaciones y sentimientos que pocas veces habréis experimentado en un videojuego.

Por otra parte quiero destacar la posibilidad de realizar el viaje acompañado. Es curioso cómo te conectas a ese jugador sin mediar palabra con él. Os animo a jugarlo de las dos formas. 


APARTADO ARTÍSTICO

Si habéis visto alguna imagen del juego ya os habréis dado cuenta del gusto con el que está hecho. Estéticamente es una delicia. Ese dominio de la luz y de las físicas, sobre todo de la arena y la nieve, es impresionante. Los demás elementos no buscan ser realistas, sino que son grandes estructuras monocromáticas. Las animaciones del personaje son también bastante destacables, así como de los demás seres que, por cierto, parecen estar echos del mismo material que tú. 

La música está muy trabajada. Cuenta con violines e instrumentos de viento.  Y una melodía bastante profunda y personal. Te transmite soledad, peligro o incluso tristeza según el momento en el que te encuentres. Es una de las causantes de que este juego llegue tanto sin decir ni una sola palabra. 

En algún momento podría dar la sensación de ser demasiado monocromático. Sin embargo, es solo un momento, porque tiene fases bastante variadas entre sí, con diferentes colores, luces y músicas. 





JUGABILIDAD

Antes os hablaba de la tira que le cuelga de la túnica, pues bien, esa pieza es el eje fundamental de la jugabilidad. Para realizar su viaje, nuestro personaje cuenta con la habilidad de volar, habilidad que le otorga la tira luminosa. En cuanto levantamos el vuelo esta pierde la luz hasta que se apaga y nos caemos. Solo podremos rellenar nuestra luz interactuando con otros seres. 

En los diferentes lugares tendremos que buscar símbolos que aumenten el tamaño de nuestra tira para poder mantenernos en el aire durante más tiempo. Pero cuidado, los daños que sufra el personaje harán menguar la tira hasta su muerte. La tira no se regenera, solo aumenta de tamaño con más símbolos; así que un ataque de algún ser te puede quitar parte de la tira, y parte de la vida, vida que nunca recuperarás. 

Por lo demás, hay seres amistosos y seres que no lo son. Unos te atacarán, no hay combates, así que deberás esconderte y escapar, y otros se acercarán a ti para que no pierdas luz en el aire y vueles durante más tiempo. 


RESUMEN
Journey tiene una historia profunda y abierta a interpretaciones, ya que no cuenta con ningún diálogo. Artísticamente es una maravilla, tanto en diseño como en música. Y en cuanto a jugabilidad está muy logrado, siendo la tira luminosa la base de todas las acciones. Si lo que quieres es coger el mando y pasar un buen rato este no es tu juego. Journey busca producir sensaciones en el jugador, busca ser Arte. 





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